por Selva Sena
Coordinadora académica y de prácticas
En este momento de cierre tenemos que hacer un proceso de adaptación emocional en relación a esta pérdida. Llega el momento de desarrollar nuestra creatividad para elaborar el duelo,atravesar este proceso desde que la pérdida se produce hasta que la superemos. Dejamos la segura comunidad de aprendizaje y la certeza del encuentro semanal para ocupar otros espacios, otros territorios, otras luchas. La idea es poder recuperar este momento de cierre de un proceso que nos ha transformado a todxs quienes lo vivimos revalorizando la potencia con que nos vamos.
Sigmund Freud compara el duelo con la melancolía en sus escritos de “duelo y melancolía” (1915-1917). Ambas son reacciones ante la pérdida de un ser amado o un objeto de deseo. Freud estableció la diferencia entre aflicción y melancolía, al señalar que en la aflicción se cumple el “duelo”, ya que el yo logra negociar con la realidad, y admitir la irreversible desaparición del objeto amado y liberar con ello el deseo para buscar nuevos objetos de amor o deseo. Seguramente vamos a extrañar este nuestro grupo.
Después de 14 meses de clases semanales, de trabajo, de aprendizajes, de encuentros y desencuentros, de construcción de la comunidad de aprendizaje, de pasar por dificultades y diferencias, de la Economía social y solidaria, de las prácticas, de hacer amigos y amigas, de ser estudiantes universitarios y docentes universitarios. Después de 14 meses de ser parte de una política pública que nos puso en el centro de la escena, ahora nos toca irnos a seguir compartiendo y ejerciendo este rol de operador socio educativo en economía social y solidaria a nuestros territorios.
Nos toca construir otras comunidades de aprendizaje. Llevarnos puestos todos estos aprendizajes y estos vínculos para seguir transformado la realidad.
Cada persona/grupo/comunidad se ve reflejada en lo que el otro le dice o no le dice, en lo que percibe que el otro piensa de él. Y con estas miradas, devoluciones de nuestrxs compañerxs, con un rol construido colectivamente iremos participando en otros cursos, en fiestas, en reuniones y prácticas territoriales transformadoras. Construyendo desde las alegrías y de las tristezas de otras personas. Aportando a las transformaciones y procesos de cambio que afiancen los derechos, la participación, las posibilidades de afianzamiento de proyectos colectivos que nos dignifiquen. Llegó la hora de devolver al colectivo y demostrar que valió la pena el esfuerzo.
Larrosa (1996), nos dice que la experiencia en el acto pedagógico es acontecer de la pluralidad, liberar la diferencia sin capturarla. Tiene siempre una dimensión de incertidumbre que no se puede reducir… es apertura hacia lo desconocido. Ahí vamos, con un bagaje de conocimientos y experiencias, armados y fuertes.
Para que suceda el acontecer de la experiencia, que no siempre transcurre en el tranquilo orden lineal de causas y efectos, el docente debe permitirse transitar no solo por lugares de certeza y de respuestas seguras, sino también por zonas excluidas, oscuras, lugares de no certeza e interrogación. Todo eso pudimos hacer juntxs como comunidad de aprendizaje.