Medalla de oro

Lorena Rodriguez fue reconocida por la Universidad Nacional de Quilmes con la medalla de oro por ser el mejor promedio de su promoción. Es la primera Técnica en Economía Social y Solidaria en recibir ese reconocimiento. Como medalla de oro, Lorena tuvo el privilegio de dirigir el discurso en nombre de los graduados y las graduadas de todas las carreras que recibían su diploma y medalla.

Es un nuevo logro de la Comunidad de Aprendizaje de la Tecnicatura Universitaria en Economía Social y Solidaria que sigue apostando a la construcción colectiva de conocimientos para la construcción y fortalecimiento de otra economía con Calidad, Inclusión y Pertinencia Social.

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Compartimos las palabras de Lorena:

Buenas tardes a los señores directivos, respetables docentes, familiares, amigos y compañeros, gracias por acompañarnos.

Representa un verdadero honor para mí, tomar la palabra en nombre de todos mis compañeros graduados, en este día tan especial que marca el fin de una etapa y con ella el nacimiento de nuevos desafíos.

Esta graduación es el resultado del esfuerzo y constancia de cada uno, pero también de todas las personas que estuvieron a nuestro lado durante el transcurso  de la carrera, brindándonos su  apoyo y palabras de aliento para seguir adelante hasta su culminación.

Es por eso que quiero agradecer a nuestros docentes y directivos, que con amor y gran convicción se dedican a su profesión, y a nuestras familias que nos dieron apoyo y aliento en estos años. Este logro es también de todos ustedes.

Durante todos estos años hemos vivenciado muchos momentos juntos que dejaron en nuestras vidas un sinnúmero de recuerdos que transcurrieron en cada lugar de nuestra universidad, en sus clases, en el aula de informática, en los pasillos, en la cafetería, o en una de sus múltiples escaleras, y la verdad que todos ellos nos acompañarán para siempre.

Quiero dar gracias a la Universidad Nacional de Quilmes por ser una Universidad Nacional Inclusiva y promotora de la educación superior como derecho, que me abrió las puertas en el año 2011 a través de la Tecnicatura en economía social y solidaria y su propuesta educativa, transformadora, democrática y participativa.

Transformadora porque pone como eje central nuestro rol como actores sociales y  ciudadanos más activos y críticos de nuestro entorno. Porque nos permite alcanzar nuestra realización como personas libres y autónomas, y reafirmar nuestra identidad. Una nueva forma de construcción del conocimiento, en la se valora los saberes de todos, tanto docentes y estudiantes, y se respeta el lugar de la persona en el proceso de aprendizaje.

Transformadora porque problematiza sobre la cuestión misma del propósito y fin de la educación, porque si la Educación, tuviera como único fin prepararnos solo para competir en el Mercado, entonces nos encontraríamos frente a una educación empobrecida y también parte responsable de la reproducción del sistema injusto en el que estamos insertos.

Una educación democrática y participativa, que nos brindó el espacio para debatir sobre la metodología y herramientas que se empleaban en cada clase, y  participar del programa educativo de cada materia. Donde se prioriza al estudiante y su proceso de aprendizaje, teniendo en cuenta su entorno y las situaciones socioeconómicas, culturales que las atraviesa porque es innegable que esto impacta de lleno en el resultado del aprendizaje.

Esta propuesta educativa acercó la Universidad a la comunidad, la resignificó y la vistió de humanidad. Es por eso, que en este día me encuentro frente a ustedes.

Quiero compartir con ustedes, un párrafo del discurso del Dr. Ernesto Guevara al recibir el doctorado honoris causa de la Universidad Central de las Villas en el año 1959. Y Aunque han pasado varios años, sigue estando vigente en nuestros días. Él dijo: …”y el pueblo que ha triunfado, que está hasta malcriado en el triunfo, que conoce su fuerza y se sabe arrollador, está hoy a las puertas de la Universidad, y la Universidad debe ser flexible, pintarse de negro, de mulato, de obrero, de campesino, o quedarse sin puertas, y el pueblo la romperá y él pintará la Universidad con los colores que le parezca.” Desde que leí este discurso, en especial, este párrafo ha resonado en mi corazón, y creo que este es el momento más oportuno para compartirlo.

Pocos países cuentan con una universidad pública, gratuita, de excelencia y de acceso tan amplio como la Argentina, motivo de orgullo para nosotros, estudiantes de una universidad pública del conurbano.

Hoy se está instalando el discurso de la  meritocracia en la educación, acorde con un modelo de sociedad competitivo e individualista  donde aquéllos que se esfuerzan logran ascender socialmente. Mientras que los que no lograron es simplemente porque no hicieron lo “suficiente” o no quisieron esforzarse.

Todos deseamos que nuestro esfuerzo sea premiado y es probable que vivamos bajo el supuesto de que en esta nueva sociedad meritocrática, tenemos asegurado nuestro progreso y el ascenso en el orden social y mas aún si contamos con un titulo en la mano. El problema está en que este discurso parte de la creencia que ésta es una sociedad de igualdad de oportunidades y donde todos somos iguales. Lo cual no es cierto, por lo menos no para todos, bien sabemos que nuestra sociedad es injusta y cada vez más, se profundizan las desigualdades.

Creo que es un buen momento para plantearse la pregunta sobre ¿Cuál es nuestro rol como profesionales dentro de la sociedad?

Hoy, frente a nosotros, los que nos hemos graduado, se nos presenta el desafío que trasciende al simple hecho de recibir un Diploma. Este desafío, implica un compromiso frente a la sociedad, frente a nuestros familiares, amigos, colegas, y a los que vienen después de nosotros.  El desafío esta en decidir entre dos posturas, la de colaborar, ya sea por comisión u omisión, a un discurso que representa un proyecto político y un modelo de sociedad que sigue profundizando las desigualdades sociales. O la de contrarrestar con vehemencia el intento de este discurso de instalar un modelo de sociedad individualista, generador de desigualdades y con beneficios de unos pocos y que justamente son los que manejan buena parte de los grandes negocios, buena parte de las grandes decisiones políticas y una proporción probablemente aún mayor de la generación de discursos en torno a los cuales interactuamos a diario.

En este día, anhelo que no solo nos llevemos un título de esta Universidad. Sino que nos llevemos algo realmente esencial e irremplazable. Algo que no nos pueda ser quitado. La libertad de elegir en que sociedad queremos vivir y cual construiremos para las próximas generaciones.

Finalmente, me queda presentarles mis deseos para cada uno de los presentes.

Deseo para cada uno de nosotros un camino lleno de fe, sueños y convicciones por el cual transitar. Que siempre nos motive en el ejercicio de nuestra profesión, el amor al otro, la solidaridad y el trabajar con pasión e integridad.

¡Muchas gracias y felicitaciones a todos!

 

 

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