Del 17 al 23 de abril de 2023, los equipos del proyecto COPARTE se reunieron junto a jóvenes de cada uno de los países socios en Barcelona, España.

El proyecto COPARTE fue aprobado por la Unión Europea (UE) en 2020, se comenzó a implementar en el 2022 por la pandemia y está formado por 5 miembros entre los que se encuentra la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ). Este proyecto tiene como objetivo crear módulos de formación para los profesionales de la juventud con el fin de proporcionarles herramientas para acompañar a los y las jóvenes a llevar a adelante proyectos cooperativos autogestionados. Allí, a través de la Mesa Transversal de Juventudes y trabajo del Departamento de Economía y Administración, se potencia la formación, el desarrollo de capacidades y la generación de tramas asociativas para los y las jóvenes. Se busca vincular a estos últimos con la inserción laboral, con el desarrollo de emprendimientos socioeconómicos y con el avance o continuidad de niveles educativos y de formación profesional.
Marisa Epele, docente, extensionista y coordinadora del equipo de la UNQ para el Proyecto COPARTE comentó que “las dos grandes líneas de trabajo que nos integran a todas las y los socios tienen que ver con el enfoque de la Economía Social y Solidaria y con la importancia, en los distintos módulos que se fueron trabajando, de desarrollar capacidades personales en línea con las competencias transversales y las habilidades socioemocionales”. La docente también explicó que para lograr este objetivo en las diferentes instancias del proyecto COPARTE “se aplican metodologías de educación por el arte, de teatro foro, y distintas técnicas de trabajo del aprendizaje experiencial”.

En el encuentro que se desarrolló en Barcelona se reunieron los 5 socios del proyecto COPARTE con el objetivo de compartir experiencias y vivencias. Cada uno de los socios llevó consigo un grupo seleccionado de jóvenes que participan en proyectos o que provienen de la comunidad donde cada organización trabaja. Desde Argentina viajó un grupo que fue representativo de las juventudes que están vinculadas al proyecto y que estaba conformado por estudiantes de la Secundaria de Educación Técnica de Ezpeleta y también de la UNQ. El eje principal del encuentro fue capacitar y educar a la juventud sobre emprendimientos cooperativos autogestivos. En ese sentido Marisa Epele reflexionó que fue “muy enriquecedor porque de repente nos encontramos, no solamente los que estábamos coordinando y facilitando todo el proceso de la creación de los módulos de formación y toda la experiencia de integración de conocimientos y saberes, sino que también nos encontramos con una puesta en acción dirigida y al mismo tiempo intencionalmente organizada con las y los jóvenes en las distintas locaciones”. Sobre esto la coordinadora del equipo de la UNQ para el Proyecto COPARTE afirmó que fue “muy interesante ver cómo se fueron poniendo en acción mucho de los objetivos que se habían trabajado y otros que aparecieron, en el mismo hacer, como novedades y aprendizajes colectivos que se sumaron a la experiencia.”
Otro de los objetivos de COPARTE es proveer de más y mejores herramientas de trabajo a todos aquellos actores y organizaciones que trabajan con problemáticas de las juventudes en los distintos puntos del planeta, sin dejar de considerar las particularidades de cada región. El proyecto intenta generar políticas de acompañamiento, de integración, de superación de los obstáculos teniendo claro que hoy por hoy, las y los jóvenes de los sectores más vulnerables son los que más requieren estrategias de acompañamiento que puedan ser inclusivas y disparadoras de oportunidad para, no solamente superar los obstáculos presentes, sino para generar comunidad y capacidades para resolver los problemas en cada una de las trayectorias. Epele concluyó que efectivamente se vivió esa pluralidad “porque la diversa procedencia de estilos, de culturas, de lenguas, de todo tipo de experiencias previas que se generó en el encuentro de Barcelona fue altamente potenciador de las capacidades individuales y colectivas que se pusieron en juego. El desarrollo y la creación de emprendimientos autogestivos y cooperativos se vuelve de ese modo en un medio y un fin al mismo tiempo porque es una puesta a prueba y un desarrollo de capacidades que se generan al hacer con los otros y las otras. También fue la oportunidad de concretar una forma de organizarse, de crear proyectos y de llevar adelante su gestión. Efectivamente se aprende en ese mismo hacer y da como resultado una forma más de organización que hasta puede volverse una actividad productiva, rentable y a la vez generadora de autonomía para quienes participan.”