Autoras/es
Barrionuevo, María Celeste
Licenciada en Ecología. Maestranda en Economía Social, Universidad Nacional de General Sarmiento. Becaria en la Secretaría de Desarrollo Tecnológico y Social (UNGS), Beca Alberto Federico Sabaté de formación y gestión en economía social.
Resumen
Tanto la agroecología como la economía social y solidaria surgen como contra corrientes epistemológicas frente a disciplinas dominantes como lo son la economía neoclásica y la agronomía convencional. Debido a que ambas permanecen atrapadas en sus propios campos resulta necesario encontrar puntos en común entre ambas para ir desarrollando una práctica teórica que permita una comprensión integrada de los procesos sociales y políticos. Por esta razón, comenzar a indagar entre concepciones comunes resulta fundamental.
El presente trabajo tiene como objetivo analizar los relatos de diversos actores de experiencias agroecológicas de la Región Metropolitana de Buenos Aires (RMBA) que se ubican dentro de la ESS, para ahondar en su relación y conceptualización sobre “lo económico” y en su relación con las herramientas de evaluación de la sustentabilidad.
Mediante entrevistas en profundidad se reconstruyó el contexto de las experiencias y su relación con la evaluación de sus prácticas, apuntando a identificar su cercanía con alguna herramienta. A través del método de bola de nieve se arribó a aquellas experiencias más cercanas a dichas prácticas y a partir de estos hallazgos se profundizó en las visiones de los actores del campo y de los informantes clave, siendo los resultados presentados de acuerdo al subsistema de la economía mixta al cual pertenecen.
A partir del trabajo de campo se pudo concluir que dichas experiencias de la región no se encuentran cercanas a darse procesos de autoevaluación y tampoco lo consideran una necesidad en estos momentos, ya que se encuentran atravesando problemas más acuciantes como lo es la falta de acceso a la tierra o la legalidad de su tenencia, o aquellos relacionados a la comercialización de sus productos. Se concluye también que no existen políticas estatales de impulso a las producciones agroecológicas como tales, sino que el estado se encuentra fomentando las producciones de la agricultura orgánica, que cuenta con el respaldo de la Ley. Lo que es más, se identificaron cruces entre instituciones del sector privado (dedicadas a la promoción y certificación de este sector orgánico) e instituciones del sector público (como el SENASA) pero que debido a la hegemonía de instituciones del sector privado (como IFOAM) el campo de fuerzas es arrastrado hacia este sector, primando así la lógica del mismo de la acumulación de capital aún en instituciones estatales.