Hace una década atrás muy lejos estábamos de imaginarnos el futuro de nuestras vidas. La educación terciaria o superior atravesaba una crisis única en la historia de nuestro país. Y no hablo desde estudios realizados, sino desde la experiencia propia de haber obtenido el título secundario “Bachiller Contable con orientación en gestión y administración de empresas”, mucho más largo de mencionar que valioso.
Un título secundario del cual uno se siente orgulloso, por el esfuerzo realizado, pero que la realidad nos decía que era pobre. No había trabajo para ponerlo en uso. La desocupación crecía a pasos acelerados. Y nuestras Universidades bochaban a los alumnos en forma masiva, ya sea en medicina, arquitectura, derecho, etc.
Sin duda era una educación fragmentada, con un gran bache entre la educación secundaria y el nivel terciario muy difícil de igualar. Con una economía destruida, nadie podía ver un futuro provechoso para nuestros hijos y hasta para uno mismo; por lo menos para las clases sociales medias y bajas.
Desde la gestión de gobierno de Néstor Kirchner y luego la actual Presidenta Cristina Fernández de Kirchner, podemos asegurar que la educación ha despertado del letargo en el cual la pusieron los gestores de la Economía Capitalista o Neoliberalista. Este joven gobierno implementó esta nueva economía, la cual empezamos a transitar, la Economía Social y Solidaria.
Esta más que claro de donde surge. Desde la necesidad del pueblo en generar sus propios recursos y desde la idea del gobierno en apoyar a este sector a satisfacer las necesidades de los mismos.
Con una política de inclusión social, económica, educativa; se intenta transformar esos pequeños instintos de supervivencia en una forma de trabajo organizado. El cooperativismo o el mutualismo; son los hijos mimados a los que hay que alimentar, formar y desarrollar. Y por sobre todo fomentar para su inserción y su crecimiento dentro de la sociedad.
Es por eso que nos encontramos cursando esta diplomatura. Para que en esfuerzo mancomunado entre estudiantes, profesores, distintos ministerios (Educación-Desarrollo) y las universidades, defendamos el proyecto del Gobierno Nacional.
Me siento orgulloso de sumar con mi grano de arena, a la recuperación de la economía, defender los intereses del ciudadano e incentivar el desarrollo productivo. Para poder crecer como sujetos libres e independientes. Estoy seguro de cuando obtengamos nuestro “Diploma en Operador Socioeducativo en Economía Social y Solidaria” será más importante y valioso que el largo de su nombre.